Uno de los Tesoros más visibles del Santísimo Cristo del Caloco, sin duda alguna, son sus sudarios, una prenda de vestir que luce la imagen y que consiguen desviar la atención de los fieles, devotos y visitantes y no solo por su esplendor si no también por las historias que hay detrás de cada uno de ellos.

Actualmente, el Tesoro de la Esclavitud conserva treinta y nueve sudarios, no obstante es muy probable que hayan existido mas sudarios, pero el deterioro u otras circunstancias han hecho que estos no hayan llegado hasta nuestros días. De los treinta y nueve sudarios mencionados, cinco fueron donados en el siglo XVIII, otros cinco en el siglo XIX y dieciséis en el siglo XX. En el siglo actual, han sido donados un total de trece sudarios.

La mayoría de estas preciosas telas, han sido donados durante los siglos por sus fieles y devotos, a excepción de dos de ellos, como son el sudario del Sol actual, que fue donado por la Cofradía en los años noventa, debido al robo del anterior sudario del Sol. El sudario del Sol antiguo, fue donado en 1904 por la Sra. Rosario del Obispo y que fue robado en el año 1986, en concreto en el robo que sufrió la Ermita, en el que se sustrajo la Imagen de Santa María del Caloco.

El sudario del Sol actual sin duda es uno de los más conocidos y de los más representativos. Se encuentra realizado en terciopelo con bordados en hilo de oro, así como flecos y cíngulo de oro también. Pero, ¿qué significado tiene el Sol? Pues bien, el Sol representa la fuente divina del Espíritu Santo, pero no solo eso, si no que el Sol representa al mismísimo Jesús y también, a través del Sol, Dios no guía en nuestro día a día, como así lo reflejan las Sagradas Escrituras en el siguiente pasaje:

"Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el Sol que nace de lo alto, para iluminar a los que habitan en tinieblas y sombras de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz"

Evangelio según San Lucas (1: 78-79)

Otro de los sudarios que no ha sido donado por sus fieles como tal, fue el que se confeccionó a mediados del siglo XIX con la tela de la antigua manga de la Esclavitud.

El resto de sudarios, como hemos mencionado antes, han sido donados por sus gentes, como ofrenda ante la ayuda del Santo Cristo a los fieles que le han implorado o bien por la mera devoción que a todos nos une.